Las fiestas terminaron y todo lo que comimos quizás nos dejó con un par de hábitos nuevos, como por ejemplo, el comer de más, pero es bueno que aclaremos una cosa, picar entre comidas no es malo. Lo malo es cuando lo hacemos de forma inconsciente y atacamos solo alimentos ricos en azucares y grasas saturadas, deficientes en nutrientes que no ayudan en nada a mejorar nuestra salud. Pero, en términos más generales, el hecho de que necesites un tentempié (o dos) entre comidas no te convierte en un ser débil, perezoso o insano, sino en un ser humano con un apetito normal y lleno de energía.

Comer un snack es necesario (y recomendable) para mantenerte alimentado y concentrado, satisfecho y estable. Pero, como ocurre con todo, picar entre comidas es todo un arte, hay que encontrar alimentos sanos que te sacien el hambre, te recompensen con nutrientes potentes y te proporcionen la motivación que necesitas para afrontar lo que te depare el día. En otras palabras, no tenemos que dejar de comer entre horas, sino replantearnos qué comemos y cómo lo hacemos. Se trata de ser inteligente con los snacks y hacer que cada pequeña cosa que comas cuente.

¿Por qué picas entre comidas?

Según los especialistas, la mayoría de las veces la gente pica entre comidas por aburrimiento, o simplemente por la necesidad de hacer algo con las manos. El simple hecho de darte cuenta de tu motivación para abrir el refrigerador o la despensa es un gran primer paso para convertirte en un picoteador más sano. Pensemos, ¿un snack solucionará realmente mis problemas?, si es así, excelente, continúa con tu picoteo de mediodía. O será que ¿picar es un reflejo automático o una distracción agradable y temporal para evitar otra tarea (desagradable)?. La próxima vez, antes de comerte ese snack, detente y pregúntate si realmente lo necesitas o si sólo estás aburrido o ansioso.

Respeta tus señales

Saber cuándo picar entre comidas es un enigma habitual. Una buena regla es no comer sólo porque forma parte de tu rutina diaria, hazlo cuando realmente tengas un poco de hambre. El hecho de que estés acostumbrado a tomar una barrita de cereal y un café a las 12 del día no significa que lo necesites siempre.

Prográmate

Algunas personas comen de forma intuitiva y requieren de mayores medidas sobre su apetito, si ese es tu caso, programa tus comidas de forma más estructurada. Eso sí, asegúrate de planificar las sesiones de picoteo para los momentos en que realmente los necesites. Si estableces una hora para permitirte el picar algo, puedes evitar comer en exceso.

Dale prioridad a las proteínas y a la fibra

Una vez que hayas determinado que sí necesitas comer, asegurate de que termines comiendo un snack que valga la pena. Opta por algo que contenga pocas calorías, y mínimo unos 3 gramos de fibra, 5 gramos de proteínas y no más de 12 gramos de grasa. ¿Por qué?, las proteínas y la fibra te ayudan a sentirte lleno y satisfecho, por lo que no deberías sentir la necesidad de volver a picotear y será menos probable que comas en exceso en la siguiente comida.

Si tienes hambre y tu cuerpo necesita un estímulo rápido, opta por alimentos que te sacien o que, al menos, te permitan aguantar hasta la siguiente comida. Por ejemplo, huevos duros, verduras con hummus o yogur griego con berries. Sabemos que es más fácil decirlo que hacerlo, pero intenta conseguir un equilibrio general. Si picoteaste algo que tenía pocas proteínas, asegúrate de que la siguiente comida tenga un poco más.

Intenta incorporar una fruta o verdura a cada picoteo

Al hacer esto, añadirás al instante un poco de fibra y algunas grasas buenas (paltas) a cada bocado. ¿Tienes antojo de queso cheddar?, prueba combinarlo con rodajas de manzana verde en lugar de galletas saladas (o sustituye algunas galletas saladas por media manzana). ¿Te gustan los chips de tortillas con guacamole?, utiliza bastones de verduras en lugar de frituras para comer con guacamole, hummus y otras salsas. Estos si son snacks que valen la pena.
Volvamos a darnos la atención que merecemos, ya bailamos, bebimos y comimos lo que quisimos, ahora es momento de cuidarnos y darle un respiro a nuestro cuerpo. Y recuerda que no tiene que ser un cambio radical, todo lo contrario, debe ser un cambio paulatino y mucho más consiente.

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