No hay duda de que la sensación de entrar a una casa con paredes de ladrillos es muy distinta a la de entrar a una casa con las paredes completamente pintadas, independiente del color. El ladrillo nos transmite una sensación hogareña, armoniosa y familiar… con un toque de buen gusto. Mientras, no nos pasemos con la decoración, ni lo llenemos demasiado de objetos, puede quedar realmente bien.
Aunque las paredes de ladrillos suelen tener un cierto aire rústico o campestre, no sólo se encuentran en sectores rurales. En la ciudad tienes la opción de dejar al descubierto el ladrillo de una pared o también decorarla para que parezca ladrillo expuesto. Algunas personas optan por una pared de ladrillo para separar habitaciones, otras para destacar un rincón especial de la casa. A algunos les gusta este estilo en su comedor y otros prefieren este material en la cocina o en su dormitorio. Sea cual sea tu caso, seguro que estos tips de decoración que vamos a darte te resultarán muy útiles para aprovechar esas paredes que no hayan sido revestidas y sacarle partido a tus ladrillos.
El rincón perfecto
Una pared de ladrillos con una decoración antigua y elegante deja cautivado a cualquiera. Los ladrillos expuestos, junto con muebles de madera y colores atrevidos, crean un ambiente retro perfecto para relajarte. Puedes instalar frente a la pared un escritorio decorado con libros de tapas brillantes, una cómoda silla, un par de velas coloridas y una alfombra, y habrás creado el rincón perfecto para acomodarte a leer un buen libro con un café caliente.
Un look por capas
Da rienda suelta a tu creatividad y atrévete a apoyar objetos grandes como espejos y cuadros en la pared interior de ladrillos. Apoyar un enorme espejo de pie en la pared hará que el espacio parezca más grande. Esta es una alternativa fácil e informal a la alternativa de colgar objetos en la pared. Superponer piezas más grandes con otras más pequeñas en la parte delantera darán más profundidad y dimensión. El atractivo visual transformará una simple pared en una obra maestra.
Ladrillos en la cocina
El ladrillo es un material comúnmente asociado a las cocinas, sobre todo en las casas de campo. Una pared de ladrillo queda muy bien junto a los mesones de cocina. Puedes instalar sobre ellos unos estantes o repisas en donde guardar frascos de cristal con especias o distintos ingredientes que uses más a menudo, como pastas, arroz, harina, azúcar y café.
Muebles de fondo abierto
En lugar de elegir una estantería que cubra una gran parte de la pared de ladrillo, prefiere estanterías con la parte posterior abierta para que la pared pueda seguir viéndose detrás de ella. Esto no sólo hará que el espacio parezca más despejado, sino que también dará la sensación de que la habitación es más amplia. Este tipo de estanterías de fondo abierto, son ideales para exhibir tus accesorios favoritos, como marcos de fotos, pequeñas esculturas, macetas con plantas y mucho más, aunque también puedes aprovecharlo como espacio de almacenamiento extra.
La belleza se encuentra en los ojos del observador. Tal vez, por eso, se ha dicho que las paredes interiores con ladrillos expuestos son de un estilo atemporal, de un aspecto extraño y, a veces, incluso desagradable a la vista. A pesar de todo, siempre habrá propietarios que se dejen encantar por este tipo de decoración.
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